GENERACIÓN VENDIDA
- Beatriz Chocano Maceda
- 22 may 2017
- 3 Min. de lectura

Generación NINI, así es como se nos etiqueta a día de hoy. Un gran aplauso a ese genio, que decidió, ponérnoslo más fácil a los jóvenes a la hora de adentrarse en el mundo adulto. Si para ese momento en el que no estamos en tierra de nadie, como los aeropuertos. Grandioso e ingenioso. Es sencillo, ni estudia ni trabaja. La generación perdida a la que se le podría dar con la goma y hacerla desaparecer. Solo somos unos ineptos que no podrían levantar este país, ni ningún otro. Buenos humoristas están hechos. Humoristas, porque los mismos que nos señalan con el dedo, los mismos que se mofan de nosotros, esos mismos, son los que lo han tirado por tierra. Pero nosotros, no podríamos haberlo hecho mejor.
Y es que si, cada vez son más los país que se suman a la moda de la igualdad y los derechos. Déjenme referirme a ustedes como HIPÓCRITAS. Sois como los que van de influencers y se compran los followers y ruegan los likes por grupos de whatssap para poder entrar en una esfera que está a años luz. ¿Dónde está la igualdad y los derechos?
A ver, a todos esos que se atreven a hacernos bromas etiquetándonos de “NINIS”. ¿Dónde reclamo mi derecho a no ser juzgada por una situación puntual y ser tomada en serio por todo lo que tengo que aportar? A ver, todos esos que defienden la igualdad y buscan el equilibrio entre géneros y estatus que tanto interesa a día de hoy, ¿dónde reclamo que se me valore como corresponde?
Porque, no nos mintamos, esa igualdad es solo entre iguales, en realidad, os réferis a eso ¿no? Y derechos… de palabra. Pero claro, como vamos a hacernos respetar, si no sabemos “nada”. Nuestro objetivo, efectivamente, es estar y pasar desapercibidos. O en realidad eso es lo que os gustaría ¿no?
Aun así, os equivocasteis de etiqueta. “Nini” queda muy bien, define vuestra realidad con respecto a nosotros, pero, déjame planteártelo desde nuestra perspectiva.
Nosotros no somos esos ineptos que os dibujáis en vuestra cabeza. Aún no hemos tenido ni siquiera la oportunidad de mandarnos un cagazo. No somos los que hemos tomado malas decisiones, ni los que hemos robado a otros. Ni siquiera hemos tenido la oportunidad de ser utilizados. Te diré, que ahí está uno de los problemas. No nos dejamos manipular y somos capaces de decir que no cuando algo no nos cuadra. Somos más íntegros y más humanos.
No es que no trabajemos ni estudiemos. Es que hay algunos que para poder estudiar deben trabajar. Ellos tienen claro que aspiran a ser mucho más. A día de hoy, es una condición. Después estamos los que estudiamos y después …. Creo que va eso de, verlas venir o perseguir un tren que nunca para en la estación.
Entonces ves, que esos que empezaron a trabajar en lo que fuera abandonan sus estudios. Y aunque, tú que me estas leyendo, ahora pienses que idiotas, los que terminamos de estudiar, la cara b de la moneda, les aplaudimos.
Les aplaudimos, porque al final del camino, ellos tomaron la balanza, sopesaron y vieron más allá. Se pusieron en modo realista. Y dejaron de invertir el dinero en unos estudios que no les sacarían de donde están, y en el caso de hacerlo, las condiciones descenderían.
Aquí esta vuestra generación NINI, a la que deberías llamarla, la generación “VENDIDA”. Trabaja tanto como un experto y cobra menos que un dependiente del ZARA o incluso nada.
Y al final, te da un ataque de risa. Dejas de formarte con títulos que ni siquiera los que te los exigen tienen. No trabajas porque eso no es trabajar, es la nueva esclavitud del siglo XXI apoyada por empresas, universidades y estados. Sin embargo, aun cuando decides “VENDERTE” se ponen tiquismiquis y exigentes. Claro que lo hacen, por que pueden elegir esclavo.
Así que, una advertencia para los coleccionistas de esclavos y a los que os que nos etiquetáis de NINIS. Desde vuestro punto de vista no somos nada, pero abran los ojos señores, nuestras generaciones y las que vienen solo saliendo de la escala os dan patadas digitales.
Desde nuestro punto de vista, llegará el momento que no os necesitemos. Seremos los que nos creemos nuestro propio empleo o entremos en el juego de las nuevas generaciones. Donde el discurso de la edad quedará reducido a cenizas por la ilusión, el esfuerzo y el talento.
Y por último, me rio de la igualdad, los derechos y de todos los que se atrevan a señalarnos.
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