AYER, HOY, MAÑANA

Planes, ideas y posibilidades. Pensamientos fugaces que al final te planteas. Decisiones y puntos fijos. Imán y polos. Lo que decidimos llamar futuro, esa weita que buscamos ayer, hoy y mañana. Lo que busca aclarar un camino, el deseo de dar un sentido a cada paso anterior. Parece que estamos hecho para eso, para tener un fin. Un sentido de existencia o una existencia justificada. Quién sabe. ¿Alguna vez te preguntaste por qué? Por qué debías enfocar la vista en uno de todos esos caminos y seguirlo tramo a tramo ¿Sería por la eterna prisa para definirte en un lugar?

Ayer, hoy y mañana todo se define en tiempo. Pero ¿por qué no correr a todos lados? Salir a la calle sin un rumbo y dejar que la vida te enseñe su propio propósito. Por qué no salir corriendo tras impulsos inmediatos y continuar bañándote con la luz del sol con ningún objetivo establecido. Si sabemos que la vida es indefinida y la existencia una eterna duda de cuándo pondrá ese punto final. Por qué no ayer, hoy y mañana no querer sin importar cómo será ese desenlace. Seguir y retroceder mientras se conoce lo desconocido.

Por qué si hay una y mil razones de navegar cada océano nos centramos en la vida en tierra. Si el mar tienes aun más los pies en ella, por qué alejarse. Rarezas nuestras, obligaciones que benefician a pocos y amargan a tantos. Un camino, una sola verdad, cuando no existe una sola weá correcta. Percepciones extrañas de realidades perplejas.

Ayer, hoy y mañana mejor dejar ser sorprendido por detalles. Ayer, hoy y mañana siguiendo corazonadas de las que la experiencia te haga más grande y dibuje sonrisas. Mejor que ayer, hoy y mañana ser un cuerpo libre de decisiones locas y propias.

Simplemente ayer, hoy y ayer siendo un ser diferente de lo que se debería ser.