top of page

Lo que grita el corazón traducido para que los ojos lo comprendan

PÉRDIDA

  • Beatriz Chocano Maceda
  • 17 dic 2015
  • 2 Min. de lectura

No lo sabía ni podía predecirlo. No me lo imaginaba, nunca nadie se lo imagina porque sería extraño, muy extraño pensar que cuando vuelva jamás la encontraré. No lo sabía ni podía imaginar que las palabras de “nos vemos pronto” jamás cobrarían sentido, simplemente no lo sabia. Que esa tarde de septiembre sería la última, y con ella, las últimas locuras, caras de payasas y carcajadas que nos unían desde la infancia. Que los lugares que solíamos concurrir ya no disfrutarían de tu esencia, ellos no lo sabían. Que tu calma no volvería y solo quedaría el recuerdo en esa mesa vieja en la que siempre nos sentábamos, como si nuestros nombres estuviesen escritos, como si siempre nos esperase. Ella no lo sabia, simplemente no se lo imaginaba.

Que ya no habría más contestaciones detrás de la línea que lleva grabada tu nombre. Que la primavera y el verano no volverían a acariciarte la piel con su suave brisa. Ellos no lo sabían, no lo sabían. No me imaginaría nunca que tus planes tuvieran que irse y tus sueños se desvanecieran tan rápido. No sabía que a cada paso algo me recordaría a ti y no sentiría nada, no porque no quisiese sino porque no supiese, porque no me imaginaba que te tendría que decir adiós así sin previo aviso. Nunca me lo imagine, no me lo imaginaba. Y ahora no se hacerlo, simplemente no puedo, no se hacerlo.

No lo sabia ni podía predecirlo, y tengo tantas cosas que debí decirte y no lo hice aunque se que no hacía falta hacerlo, debí decirlas. No me lo imaginaba, jamás me lo imagine y ahora solo tengo imágenes desordenadas en mi mente con un gran miedo de que un día las pierda como a ti. Simplemente no lo sabía, no sabía que no volveríamos a hacer esos maratones de la serie que daba vida a nuestras tardes cuando éramos crías. Y me gustaría ir a esos momentos en los que fingíamos ser hermanas afrontando a miles de demonios, tardes de chocolate, disfraces con ropa antigua, piscina, recolecta en la huerta y pasto. Me gustaría volver a ese mundo en el que no parecía que pudiera pasarnos algo malo, en el que no conocíamos que era el peligro mas allá de una picadura de avispa. Pero no lo sabia, no podía saberlo, y ahora serán anécdotas que solo yo podré recordar, pero que recordaré por las dos.

No me imaginaba, no podría imaginar que este día llegaría tan pronto, y que ni siquiera sabría que decir o como actuar. Porque no lo sabia, porque no me lo imaginaba me siento bloqueada, con sentimientos bloqueados que hacen difícil coger aire y confirman aquello que aun niego, porque simplemente no lo sabia.

Pero la realidad golpea de golpe y duele. A veces no hay tiempo para unas últimas palabras, ni una última aventura. A veces simplemente no hay despedidas, solo una marcha que se reencontrará en otra vida. Y simplemente no lo sabia jamás me lo imaginé.

L . f .


 
 
 

Comments


Posts recientes
Archive
Search By Tags
Follow Us
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Instagram Icon

© 2015 por Little feelings.

bottom of page