Cuando me miras

Es ese constante pupum pupumpupum pupum pupumpupum. La sensación de falta de aire en mis pulmones que consigue oprimir el pecho. El rubor tímido bajo el maquillaje que enciende el calor en el cuerpo y el rojo vivo que pinta mis orejas que intentan pasar desapercibidas tras el pelo. Es ese tiritar de mi cuerpo como tic nervioso que aflora innato o esas mariposas que vuelan libres dentro sabiendo trastocar cualquier plan y que hacen perder el control de la razón.

Porque cuando me miras puedo verme a través de tus ojos y no quiero mirarme en otro espejo. Veo la imagen que ves de mi, aquella que nunca supe que existía, aquella que nunca imaginé que llegaría a ser. Porque sacas lo mejor de mi, porque haces que sea mi mejor yo hasta en los peores días. Solo tú y únicamente tú, tienes el efecto de hacerme razonar y ver luz donde otros pintan demonios.

Porque cuando me miras tu voz me susurra lo que piensas y quieres, pero que tanto callas para que los demás no sepan. Solo tú y yo, yo y tú. Un lenguaje que comprende aquel que sea capaz de leer el brillo que en tus pupilas se dibuja y que mis ojos, absortos, no pueden dejar de leer. Por eso, buscan los tuyos a cada paso, y en ocasiones avergonzados, se retiran mirando a otro lado cuando los descubres hipnotizados por esa luz que desprenden.

Pupum pupumpupum pupum pupumpupum, la constante melodía acelerada que mi pulso baila cuando nuestras miradas se encuentran y mantienen su conversación. La rabia de pestañear pudiendo perder algún detalle.

Cuando me miras y tus pupilas se dilatan, se que me esperas para robarte toda distancia. Porque cuando me miras…

L . f .