TODO O NADA

En un océano de dudas, sumergida y sin aire; he de seguir adelante. Todos toman sus decisiones, y de alguna manera, afecta a mi micro-cosmos. Antes tan protegido, ahora destruido. Quién crece, quién desaparece y quién aparece, nunca se sabe. Un universo privado ya invalidado, y sin saber que prefieres… ¿tenerlo a salvo o recordar cada carrera dada? Carreras que encienden la mecha de la adrenalina corroyendo cada una de tus venas y que las llevan al éxtasis cuando con tus actos rompes los frenos del “yo nunca”. TODO o NADA. Siempre es así. Si no das NADA, si nunca avanzas, no conoces y sin conocer, no arriesgas. TODO o NADA. TODO, das ese paso, segura o no, pero lo das. Y es en ese momento cuando todo comienza. Dejas de tener el control y saltas al vacío, de una historia que empiezas a crear desde el mismo momento en el que te das cuenta que estas cansada del NADA y decides que es hora de vivir el TODO. Pero pierdes y ganas, siempre se pierde y se gana. No es una apuesta segura, este juego jamás lo controlas, las reglas nunca son claras, cambian a placer de todos los participantes. Es de Ley Natural, no debes acostumbrarte a nada ni nadie, y si lo haces, pierdes. Ley Natural… egoísmo, y si no eres capaz de jugar esa carta, pierdes. Sin embargo, TODO o NADA, y por primera vez quise probar el TODO, sabiendo que no me arrepentiría de nada.

L . f .